Danzando, comunicamos desde el lenguaje afectivo corporal no verbal fomentando la expresión auténtica de la persona.
Danzar desarrolla la habilidad de improvisar desde la intuición, impulsando la creatividad, el autodesarrollo y el bienestar.
Danzar mejora la inteligencia corporal, esencial en el momento de construir las secuencias de posturas (asanas).
Danzar desarrolla la inteligencia emocional y social, habilidades esenciales en el profesor de yoga.
Danzando, nos fortalece la autoconfianza, tan importante en el momento de impartir las clases de yoga.
La danza & el yoga armonizan cuerpo, respiración, mente, corazón y alma.
¡Danzar nos llena de ganas de celebrar cada momento de la Vida!